martes, 28 de julio de 2015

ELLA TRANSATLANTICA



Te imagino tan cerquita mío
que nuestros ombligos se rozan milimétricamente y se anudan uno al otro
hasta que tu almavapor entre a gatas por la apertura de mis pulmones
y se acicale ronroneando para dormirme dentro. 

Pero son sólo cavilaciones de un miserable náufrago
insolado por las centurias varado en medio de la marea alta y un astro ciempiés
que es fiebre relamida alimentando este catéter.

Aunque sé perfectamente que nuestra sed
también habita en ti como un latir paralelo
si enumeramos la distancia náutica entre vos y yo
hay al menos cien océanos inmensos y siglos de galeras impidiendo el paso
y seamos francos
ambos somos islotes.


Ninguno tiene el alma de remo o fragata.



No hay comentarios:

Publicar un comentario