martes, 28 de julio de 2015

POEMA DE AMOR PARA LOS ASIMÉTRICOS O ENTRE INCALCULABLES MOTIVOS DE LA NADA



Si una mujer logró desbaratarme hasta el fémur
fue por su sobrada falta de simetría
por esa su alambrada de púas trepándose en mi primer nervio a regañadientes
por esa su cabeza que más que cabeza era una bola de ferrocarriles en celo
un espectáculo de mercaderes ambulantes en pleno   orgasmo
un desastre de tálamo.

La amé por curtiembre y por su galaxia de anfibios
un celeste atorrante que coloca a cualquier con la cara de equilibrista

a punto de romperse y que se rompe.

Era un azote de olas provocada por cuatro lunas
un tsunami capaz de atragantarse el cinturón de Orión entero
y aun así no sabía tender ni la cama.

Era la desquiciante
mi desquiciante
la que sólo me dejaba el alma llena de ropa sucia y de sauces a medio talar
y con la casa llena de alacranes copulando por mis alfombras
la que arrojaba todo contra los vidrios y éstos no se rompían

solo nos rompíamos los dos
a carajazos.

Aun teniendo los ojos como caballos de Troya
le ofrecí mis llanuras
sacudiéndose dentro
           espoleó
y cabalgamos directo a perdernos
primero los estribos después las nucas
hasta quedarnos sólo con las mandíbulas colgando.

Nunca antes había conocido el sexo entre dos herraduras.

Era el verbo más torcido que había explorado mi lengua
la que prefería clavarme una caja de clavos en las sienes antes que empaparnos en aguas tibias

la muy querida desalmada arcada
la más exquisita puñalada entre tanta cosa insípida.

Todos buscamos alguien tan infame como nosotros mismos.

La elegí en aquel entonces

Y la elegiría de nuevo.






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