¿No te intriga la ceguera de los que no lloran entre
líneas?
¿La ironía de dibujar árboles en hojas de papel
o la asimetría irresuelta de los espejos?
¿No te fosfora la inercia mental de los cóncavos?
¿La ley del más fuerte/ y su transcripción cancerígena de los hechos?
Justificado entonces el soliloquio:
Todo autoesti(g)ma termina
en vidorria
se debe estar al
tanto del torso y su
acertijo breve.
Toda piel está hecha
de fósforo
y el fuego tiene sus
argumentos.
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