¿Cuándo comenzaron estos balbuceos
tales gorgojos
tanto coque
sumido en la coladera de la garganta?
Hacen falta las
labores de la plomería
el quehacer de los
quebrantahuesos y su exquisitez de noria.
¿Cuándo
desmenuzaron nuestros telares como polillas
y nos hallamos
fuera desprovistos de remolino y cauce?
Hace falta menguar este viento tórrido
saqueando nuestro
campamento
nuestro laxo
refugio feraz
ese limbo.
Nuestros cuerpos
ofrecidos a las espuelas y su violencia
ofrendas consumadas
entre fieraescarnios
de los cuales la
mayor palma no es salir ileso
sino
salir
ungüento.
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