Hay un océano escondido en esos cuencos tuyos
cuyas blancas aguas olean rojas, apenas
mi curvatura se tiñe sombra sobre la hendidura.
Indagar no concluyo
un pedazo de tu belleza
algo de tu lumbre
algo que me disloque en este mi dolerme
pero no
no comprendes que eres la gota infinita sosteniendo mi vaso:
No comprendes que sólo quiero humedecerme en tu noche
sin que tu
cuerpo de agua intente hu(nd)irme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario